Seis historias de psicólogos

Instagram y psicología

El psiquiatra Jan Costa Müller narra cómo encontró en Instagram una herramienta para seguir con su trabajo en cuarentena.

 

«Primero fue uno. Luego diez. Después 40. Más adelante 150. Para cuando acabó el 2020, tenía 14.000 seguidores en Instagram y mi agenda estaba llena de consultas programadas a distancia.

 

Soy médico cirujano, especialista en Psiquiatría. Tengo 31 años.

 

Al inicio de la pandemia hubo pánico, lo admito. Fue literalmente quedar al aire. Además, soy quién mantiene a mi familia. Lo pensé mucho y llegué a la conclusión de que, o me adaptaba a la pandemia o “nos comíamos un cable”. Digamos que fue una crisis existencial pero, como toda crisis bien gestionada, me ayudó.

 

Hace años ya había abierto una cuenta de Instagram sobre mi carrera, pero no le prestaba atenciòn. Cuando comenzó la cuarentena, empecé a publicar. Edité vídeos y dejé mis vías de contacto. Honestamente le agarré el gusto.

 

Me di cuenta de que era una plataforma de divulgación de lo que es salud mental y a mí me gusta hablar de ese tema: yo doy clases de psiquiatría en la Universidad Central de Venezuela, en la Escuela Vargas de Medicina.

 

El año pasado me dio covid: fui parte de las cifras. Mi hermana es médico internista y nos dio a todos la primera vez.

 

No se me fue el olfato, sino la energía. Yo sentía que me había pasado un camión por encima y esos son síntomas psiquiátricos del covid.

 

Me sentí mejor al cabo de un mes. Cambie mi dieta. Noté que hacer ejercicio mejora mucho el ánimo.

 

Atiendo de seis a siete pacientes por día, de forma online y presencial. Los motivos de consulta más frecuentes son trastornos del humor, llámese ansiedad, depresión, crisis de pánico e insomnio.

 

Pero todos esos motivos de consulta realmente son la punta de un iceberg. Debajo, el problema es más profundo. Por ejemplo, una consulta bastante frecuente  son las crisis de pánico: llega el paciente y dice “doctor, siento que en las noches me cuesta respirar, me asfixio, me late rápido el corazón, siento que me voy a morir, ganas de salir corriendo”.

 

Esto se ha visto mucho en esta pandemia, cuando preguntas y empiezas a indagar resulta que el origen real de esa crisis de pánico es un problema familiar. En casi el 90% de los casos si no es un problema familiar es un problema de pareja.

 

¿A quién le recomiendo terapia? A cualquier persona que tenga mente, piense y exista: a todo el mundo.»